ANEXO I: El medio natural y humano del valle de Chistau

ANEXO I: EL MEDIO

FLORA Y FAUNA
En la zona se encuentra una gran diversidad favorecida por los fuertes desniveles y por la heterogeneidad topográfica y litológica. Desde los ambientes glaciares y de tundra de las zonas culmínales, se produce la siguiente secuencia de vegetación: pastos alpinos y subalpinos, abetales, bosques mixtos meso hidrófilos, pinares de pino silvestre y robledales con boj. También hay enclaves de gran interés botánico donde destacan las comunidades casmofíticas y de pedregales.

En las turberas, la flora más característica es la hierba algodonera (Eriophorum agustifolium y E. latifolium) y las plantas carnívoras como la atrapamoscas (Pinguicula grandiflora) o la drosera (Drosera rotundifolia), que para suplir la falta de nitrógeno o fosfato se alimentan de pequeños insectos. En el piso nival, se encuentran aves como el gorrión alpino, la chova piquigualda y otras paseriformes, y en los días de verano se puede encontrar sarrio (Rupicapra pyrenaica). En la parte inferior de los neveros se encuentra una red trófica que comienza con crioplancton, hongos, algas, musgos y bacterias, continúa con nemátodos, ácaros y tardígrados, terminando con insectos carnívoros y paseriformes que visitan los neveros para alimentarse.
En los pastos alpinos y subalpinos se encuentra la perdiz nival (Lagopus mutus), por encima de los 2.000 m. En esta zona también prolifera la marmota (Marmota marmota) y el armiño (Mustela erminea).

En los roquedos, cantiles y gleras las especies a destacar son el sarrio, águila real (Aquila chrysaetos), quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus), el treparriscos (Tichodroma muraria) el gorrión alpino (Montifringilla nivalis), la lagartija pirenaica (Lacerta bonnali), etc.

La fauna de los humedales de montaña como ríos, arroyos, ibones, fuentes, manantiales, turberas y otras zonas encharcadas está formada por especies endémicas como el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus) y el tritón pirenaico (Euproctus asper). En las turberas es característica la lagartija de turberas (Lacerta vivipara). También ligada a los cauces de agua se encuentra la nutria (Lutra lutra).

En los bosques del Parque Natural se refugian especies como los protegidos mochuelo boreal (Aegolius funereus) o urogallo (Tetrao urogallus), así como el jabalí, la ardilla, el zorro, etc.


MEDIO HUMANO
La superficie del valle ha sido tradicionalmente aprovechada por los habitantes del valle. La relación en equilibrio existente entre hombre y naturaleza ha permitido una buena conservación del entorno, así como un incremento de la diversidad gracias a los aprovechamientos antrópicos.

Estibas ganaderas, pletas, bosques, panares, prados de siega, bordas y setos vivos, constituyen un patrimonio de usos y aprovechamientos inteligentes y sostenibles.

Los “puertos” de la divisoria de los valles han sido lugares tradicionales de paso para los comerciantes, contrabandistas, pastores y viajeros, sirviendo así como vías de comunicación históricas.

Como apoyo a estos pasos se construyeron en la Edad Media unos pequeños albergues denominados “hospitales”. Algunos de ellos, como el de Benasque o el de Loaron, se han mantenido hasta la actualidad, hoy en día equipados con modernas infraestructuras turísticas.

En tiempos recientes han proliferado los usos de tipo turístico-recreativo, sobre todo, en torno a las actividades que se realizan en el valle tales como travesías, senderismo, etc., aunque en determinados municipios de Montanuy y en el valle de Gistaín todavía tiene cierta importancia la ganadería.


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